Cada miembro del personal de la
biblioteca fungiría, en este ejercicio, como un punto de interacción dentro de una
historia central. Habría que prever entre la investigación de los acervos y las
etapas que siguen al flujo del desarrollo de la historia —la participación es clave
en este flujo— aquella fase imprescindible que exhibiría el uso o proceso de apropiación
de las pesquisas. Esta condición llevaría a dar el salto al bibliotecario, de bibliotecario
tradicional a fan de la biblioteca (en su acepción de seguidor), y a la
biblioteca, de museo a taller de historias.
La misma papeleta de préstamo en sala da cuenta ya de un carácter cuasi transmedia de la biblioteca:
Seguirían siendo centrales los argumentos
abductivos de la narración madre, pero al plantearse otras entradas desde
diversos medios (libros, partituras, discos, videos, revistas, etc.), el fan accedería al mismo universo narrativo para completarlo o modificarlo
infinitamente a partir de procesos subjetivos.
¿Qué contenidos se producen en la biblioteca?
¿Quiénes producen los contenidos?
¿Cuándo se producen los
contenidos?
¿Quiénes son los autores de las
historias?
¿Quiénes son los personajes (o si son los mismos bibliotecarios)?
¿Qué medios se utilizan
habitualmente para contar una historia?
Presentar la transmedia.